En Beijing se discute el futuro de un país ubicado a casi 3000 kilómetros. Xie Qiuye, presidente del Instituto de Ingeniería y Planificación de Energía Eléctrica de China, es el responsable de desarrollar un plan de electricidad para Laos, una nación con exceso de oferta de electricidad proveniente de las represas construidas por los chinos sobre el río Mekong.
La tarea de Xie es encontrar una solución racional para Laos, incluso mientras las poderosas compañías constructoras chinas compiten por más contratos de represas en ese país vecino pobre ubicado al sur de China. Su respuesta convertir a Laos en un centro de energía regional que exporte electricidad al resto del sudeste asiático depende de una tecnología que está siendo muy impulsada por un poderoso ex jefe de electricidad estatal que apunta a conectar los mercados de energía de todo el mundo.
En Laos, en Brasil, en Africa central y más que nada dentro de China, la tecnología de cables de voltaje ultra alto (UHV) que permite transportar comercialmente energía enormes distancias a costos menores y mayor carga justifica la construcción de masivos proyectos para generar energía. Liu Zhenya, su mayor promotor y durante una década presidente de State Grid, la poderosa compañía de transmisión eléctrica de China, lo llama el "misil balístico intercontinental" de la industria energética.
El UHV permitió a China construir muchas represas en el interior montañoso del país, luego transportar la energía miles de kilómetros hasta su industrial costa este. Pero al hacer éste y otros proyectos, el UHV dejó al oeste de China con tal exceso de energía que Liu en 2016 propuso usar la tecnología para exportar energía tan lejos como Alemania.
Ahora Liu promueve el UHV en el mundo a través de su iniciativa Inteconexión Global de Energía. Diseñada para una "estrategia nacional" y defendida por Xi Jinping, el presidente de China, la iniciativa se convirtió en uno de los planes internacionales más ambiciosos de China: crear la primera red eléctrica global de mundo.
Algunos observadores occidentales ven una estrategia geopolítica a la par de la Iniciativa Cinturón y Ruta de la Seda de China, un gran diseño que busca impulsar la inversión en infraestructura encabezada por China en más de 80 países de todo el mundo. "Si bien definitivamente hay una explicación comercial para la rápida expansión china en el sector energético, también habría que reconocer que Beijing se caracteriza por entrelazar las iniciativas económicas, diplomáticas y estratégicas", dijo Andrew Davenport, CEO de RWR Advisory, una consultora con base en Washington. "Parte de la explicación de este crecimiento en esta área, por lo tanto, probablemente esté en la influencia que significa el mayor control de una industria tan fundamental para la vida diaria de los ciudadanos".
Las compañías chinas anunciaron inversiones por u$s 102.000 millones en construcción y adquisición de infraestructura de transmisión de electricidad. En los últimos cinco años lanzó 83 proyectos en América latina, Africa, Europa, según RWR. Si se suman los préstamos otorgados por instituciones chinas para inversiones en redes eléctricas en el extranjero, el total asciende a u$s 123.000 millones.
Agregando todas las operaciones chinas vinculadas con la energía, incluyendo inversiones y préstamos a usinas eléctricas y redes de transmisión, la cifra casi se cuadruplica. Entre 2013 y fines de febrero de 2018, las transacciones en el exterior anunciadas alcanzaron losu$s 452.000 millones, 92% más que los niveles de 2013, según RWR. Si bien las compañías chinas no necesariamente serían propietarias de las redes eléctricas regionales, su influencia a través de los activos que controlen en última instancia conducirán a la interconexión regional.
"Las compañías energéticas estatales de China están aplicando una estrategia agresiva de expansión internacional, invirtiendo en la construcción y operación de redes de energía en varios países y como inversores de capital en otros", dijo Xu Yi-chong, profesor de política en Gri????ith University, Australia. "Pero la promoción de la interconectividad por parte de China no significa que las compañía chinas sean dueñas u operen la red eléctrica".
La ambición es enorme, ya que imaginan conectar más de 100 países. Pero China tiene un gran poder de fuego organizacional, financiero y tecnológico considerable. Si bien otras compañías como Siemens de Alemania y el conglomerado sueco-suizo ABB tienen la tecnología de transmisión UHV, las empresas chinas han sido las primeras en desplegarla a gran escala, lo que le permitió desarrollar los estándares internacionales para la industria.
China ya demostró el rendimiento de la tecnología en el país. El cable de UHV de 37.000 kilómetros que se está construyendo en China puede transmitir una carga de 150 GW, el equivalente a 2,5 veces la carga eléctrica en el Reino Unido. "China tiene las mejores líneas de transmisión en términos de voltaje más alto y menor pérdida", dijo Steven Chu, un ex secretario de energía de Estados Unidos.
"Pueden transmitir electricidad unos 2.000 kilómetros y perder sólo 7% de la energía. Si Estados Unidos transmitiera energía unos 200 kilómetros perdería más que eso". Sin embargo, la evaluación optimista de Chu no la comparte nadie. Si bien el porcentaje de energía perdida es inferior que usando otras tecnologías de transmisión, las distancias que deben atravesar los cables en China hace que la pérdida total de energía todavía es significativa.
Fuente: EL CRONISTA