Los países centroamericanos están poniendo en sintonía sus planes de desarrollo para el sector eléctrico con el fin de determinar apuestas comunes para 2030. La estrategia vigente se elaboró pensando para 2020 y sirvió como lineamiento para que cada nación desarrollara su sector eléctrico. El reto ahora es poner en sintonía apuestas de tecnología y sostenibilidad.
"La estrategia marca las líneas generales y a partir de ahí los ministros de Energía determinan cuáles son las acciones que se pueden implementar tanto a nivel nacional como regional", explicó Werner Vargas, director ejecutivo de la Secretaría General del Sistema de Integración Centroamericana (SG-SICA).
Así apuestas como el desarrollo de la geotermia están previstas para algunos países, no para todos. Uno de los elementos también previstos es implementar eventualmente la tecnología de almacenamiento de energía; esto permitiría apostarles aún más a las fuentes limpias, como el sol.
El Salvador ha ido desarrollando una política de diversificación de energía lo que le ha permitido contar con más generación solar. En los próximos años se espera que el país pueda contar con una planta de gas natural, generación con biogás a partir de los desechos de los animales y un parque eólico. Así como una expansión de la geotermia y más represas.
Vargas explicó que la estrategia requiere de mucho trabajo con las instancias del mercado eléctrico regional (MER) para tomar en cuenta elementos como la potencia, la capacidad de transmisión, entre otros, y no solamente desde el ámbito político con los ministros de Energía, y en el caso de El Salvador, el Consejo Nacional de Energía (CNE).
Por ejemplo, impulsar proyectos como la electromovilidad, es decir, carros eléctricos, implica que cada país tenga la capacidad para los aumentos en la demanda y en la transmisión. El Salvador tiene un proyecto en discusión para robustecer la capacidad de las líneas eléctricas y agregar subestaciones.
Un punto importante para la región es justamente el mercado que los une y que permite que un agente de un país pueda comprarle energía eléctrica a otro agente ubicado en otro país. El Salvador es el mayor importador de energía, aunque tiene la capacidad instalada para suplir su demanda, pero en ocasiones Guatemala ofrece energía más barata.
Algo que ha estado en las mesas de discusión de los países es extender estas operaciones de compra y venta de energía con los vecinos: México y Colombia.
Incorporar a ambas naciones como agentes externos al mercado podría beneficiar a todos los países pues podrían comprar y vender directamente. Ahora solo Guatemala realiza negocios con México.
FUENTE: LA PRESA GRÁFICA