Exxon y Chevron, las petroleras norteamericanas, están investigando cómo procesar materias primas de origen biológico como aceites vegetales y biocombustibles parcialmente procesados con destilados de petróleo para producir diésel renovable, combustible de aviación sostenible y gasolina renovable.
Exxon, por su parte, pretende fabricar más de 40.000 barriles por día de combustibles de bajas emisiones a un coste competitivo antes de 2025. Para ello, reutilizará sus plantas de refinería. "Vemos el potencial para aprovechar la huella de nuestras instalaciones existentes, la tecnología de catalizadores patentada y décadas de experiencia en el procesamiento de flujos de alimentación desafiantes para desarrollar proyectos atractivos de combustibles de bajas emisiones con rendimientos competitivos", dijo el portavoz de la compañía, Casey Norton.
Por otro lado, Chevron está analizando cómo hacer funcionar esas materias primas a través de sus unidades de craqueo catalítico fluido (FCC), que generalmente son el componente más grande de las instalaciones de refinación, y son las responsables de la producción de la gasolina. "Nuestro objetivo es coprocesar las materias primas biológicas para finales de 2021", dijo un portavoz de Chevron a Reuters.
Según fuentes consultadas por el medio británico, si la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA) y la Junta de Recursos del Aire de California (CARB) lo aprueban, Chevron podría producir, a través de ayudas de la Administración, grandes cantidades de combustible renovable. A pesar de que tal producto aún no está disponible comercialmente, se prevé que reduzca las emisiones de dióxido de carbono entre un 61% y un 83%, dependiendo de la materia prima que se utilice.
Las compañías buscan un hueco en el mercado de las renovables
Exxon y Chevron está en el foco de la opinión pública por su laxitud a la hora de aceptar las nuevas tendencias de producción de combustibles. A diferencia de sus competidores europeos Royal Dutch Shell y TotalEnergies, estas compañías han sido criticadas por su enfoque menos urgente de las inversiones renovables. De hecho, el porcentaje del capital destinado a la implementación de tecnologías 'verdes' ha sido drásticamente menor.
Los combustibles renovables tan solo representan el 5% del consumo estadounidense. No obstante, los planes anticarbono de Joe Biden, presidente de EEUU, y del bloque europeo y asiático van a reducir drásticamente el uso de energías contaminantes, por lo que es de esperar que este porcentaje aumente notablemente.
Por este motivo, estas compañías buscan aumentar su presencia en el floreciente mercado de los combustibles renovables al encontrar formas de fabricar estos productos en sus instalaciones ya existentes. Ambas quieren producir combustibles sostenibles sin gastar los miles de millones de dólares que otras refinerías han invertido para reconfigurar sus plantas.
Cabe destacar que ambas empresas se encuentran entre las corporaciones que más afectan al cambio climático del mundo. Exxon ocupa el quinto lugar en el ranking con el 2.0% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero, mientras que Chevron se queda con el puesto número doce con el 1.3 %, según un estudio del Carbon Disclosure Project del Reino Unido, junto con el Climate Accountability Institute de Estados Unidos.
FUENTE: El Economista