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    Uso de microrredes con paneles solares como solución al problema del suministro de energía en Panamá

    Con la reducción significativa de los precios de los paneles solares y las baterías de litio, producto de mejoras en toda la cadena de suministro y la economía de escala , se hace cada vez más común en las redes eléctricas el uso de microrredes distribuidas descentralizadas, las cuales brindan resultados positivos tanto en calidad, como en disminución en los precios de la energía. El costo promedio de generación con plantas solares fotovoltaicas ha disminuido alrededor del 65%, mientras que el de las baterías de litio ha caído en un 85% en los últimos 10 años.

    Las mejoras en la extracción de los minerales, en los procesos de producción, los avances en investigación, el desarrollo para incrementar las eficiencias de los productos y la convergencia de varios sectores demandando estos productos, han hecho posible que la disrupción energética sea una realidad.

    En Panamá se conjugan una serie de factores que hacen que las microrredes distribuidas descentralizadas sean una gran solución a muchos problemas, como son la pésima calidad de energía eléctrica (los sectores como Panamá Oeste y el resto del interior sufren verdaderos calvarios con los cortes y fluctuaciones), alto costo (una de las mayores de la región), deficiencias en la red de transmisión, de distribución, y finalmente, una red de generación cada vez más centralizada y que lamentablemente cada día le incorporan más fuentes contaminantes, como las plantas de gas natural.

    Hoy se puede implementar una microrred distribuida y descentralizada en residenciales, P.H. o casas y estaría integrada por paneles solares instalados en los techos de las residencias, un banco de baterías de litio, inversores y un sistema de gestión de energía eléctrica. Esta microrred contaría con un sistema denominado maestro, que se encargaría de generar a los valores referenciales de voltaje y frecuencia, cuya ubicación física puede variar dentro del residencial.

    El funcionamiento de una microrred en residenciales es bien sencillo: cada “familia” generaría su propia electricidad en el día, y lo que no consume directamente lo utiliza para recargar la batería, la cual es usada para cubrir el consumo nocturno y, en caso de que tenga excedente de producción, la entregaría al resto de usuarios de la microrred para compensar la deficiencia del usuario que está consumiendo mucho más de lo que produce.

    A su vez, genera ventajas como reducción de pérdidas asociadas a transmisión y distribución, suministro de alta calidad, red flexible y blindada ante fallos externos que en su mayoría ocurren en las largas líneas aéreas de distribución, descarbonización de la matriz energética y generación de empleo formal y sostenible en el tiempo.

    Para que la población a nivel nacional, principalmente en Panamá Oeste, Coclé y Azuero, entre otras, pueda disfrutar del suministro eléctrico de calidad que merece y por el que ya está pagando unas tarifas exorbitantes, hacen falta algunos cambios en leyes y regulaciones, que permitan a las empresas distribuidoras comprar y gestionar la energía de las microrredes, las cuales perfectamente pueden ser operadas y financiadas por nuevas empresas interesadas en el mercado de generación distribuida, cuyos fondos de financiamiento internacional cada vez son más abundantes.

    Panamá cuenta con una solución viable al problema de calidad de energía eléctrica, con una tecnología comprobada disponible en el país, que haría más limpia, de mejor calidad y más económica la energía eléctrica, y además generaría fuentes estables de empleo, tan necesarias en los tiempos que corren.

    FUENTE: LA ESTRELLA

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